26 enero 2007

Marquesina filosófica

Como habréis podido observar nuestra página está coronada ahora por una marquesina en continuo movimiento- cuán feliz sería Heráclito viendo el honor que le hacemos- que va mostrando las caras de algunos de los filósofos que han pasado por la historia de este mundo.

Pues bien, dado que soy bastante ingenuo ante la gran multitud de pensadores que han puesto su granito de arena para la formación de la historia del pensamiento, me faltarán muchas caras que añadir. Por tanto, estaré muy agradecido a todos aquellos que me indiquen algún link con la imagen de su filósofo preferido, o que me la envíen, o me lo nombren o lo que sea...

Ahora solamente os queda hacer honor a todos aquellos pensadores que han cambiado vuestra forma de ver el mundo.

21 enero 2007

Solidaridad y dependencia

Los seres humanos somos dependientes los unos de los otros. Esto es algo que se ve desde el nacimiento, ya que somos incapaces de sobrevivir sin los cuidados familiares o del grupo social. Sin embargo, en los últimos tiempos se han alzado innumerables voces críticas contra la dependencia humana, y entre la población ha calado un hondo sentimiento de independencia, que, por lo normal, ha terminado en el angustioso sentimiento de la soledad. Así lo ha afirmado Alasdair MacIntyre en su obra "Animales racionales y dependientes".

Hace poco, debido a los problemas en Francia sobre las poblaciones de inmigrantes de 2º y 3º generación, se abrió en España el debate de la necesidad de la integración racial y cultural. Como todos recordarán, los incendios, de los que hace poco se conmemoraba un año con nuevos actos vandálicos, de las afueras de París provocaron una corriente de terror en la mayoría de los europeos por si esto sucedía en sus respectivos paises.

Pues bien, esto sirve como ejemplo práctico de lo necesitado que está el ser humano. Somos seres individuales reunidos en una sociedad, y como tales necesitamos los unos de los otros. Si esto no fuese así, las sociedades humanas basadas en elementos comunes nunca se hubiesen dado; de hecho, no hubiésemos madurado como especie cultural.

Cada uno de nosotros es un "alguien" que se dirige a otro "alguien", un "yo" que se sabe considerado por otros, ciertamente, como un "otro", pero nunca distinto de una totalidad integrada por todas aquellas individualidades que nos rodean. Personas que se saben necesitadas por otras personas, y no hay más facilidad para advertir este pensamiento que saber que algún día nosotros necesitaremos de otros, ya sea en la enfermedad, ya sea en la vejez o de cualquier otro modo... ¡pero necesitaremos de alguien! Y sino, no hay más que ver...



Y por si no se ha visto lo suficientemente bien lo que es ser un ser dependiente y necesitado...


Tiempo, subjetividad y estudio

Tantos filósofos han hablado, divagado o teorizado sobre el tiempo que siempre es difícil decir algo que no hayan dicho ya, por no decir que es imposible no decir algo que ya haya sido pensado. De una manera u otra, siempre nos encontramos con la imposibilidad del pensamiento fresco y nuevo; del nacimiento de una nueva idea que cambie las cosas. Ciertamente en el plano formal se pueden alumbrar nuevas teorías, pero en el plano material todo ya ha sido pensado. No hay más materia que la que hay; da igual las formas que esta pueda adquirir, lo que es cierto es que la materia ya ha sido dada.

Pues bien, me enfrento, de nuevo, a la experiencia del tiempo. Esa medida que utilizamos en segundos, minutos y horas que hace que el suceso de los movimientos y acontecimientos escape de nuestra manos: "el tiempo es oro". No hay tiempo ni para estudiar, ni para publicar, ni para simplemente "estar". La vorágine del reloj me ha atrapado desde hace unos meses, y es difícil, por no decir imposible, dedicarse a la escritura. Y, sin embargo, es curioso que en nuestra sociedad la mayoría de la gente piense que el tiempo, considerado como segundos, minutos, horas, días, etc, es algo objetivo, auto-subsistente, y cuyo cambio por parte de terceros es imposible.

Es cierto que todos tienen la experiencia subjetiva y más bien psicológica del paso más lento o más rápido de algunos acontecimientos, ya sea por las expectativas, el aburrimiento o la alegría. Pero de ahí a admitir la existencia del tiempo como algo objetivo fuera del propio tiempo me resulta, al menos paradójico.

Sin embargo, lo cierto es que el tiempo pasa y ya debería
estar estudiando...