Identidades virtuales
Hace unos días, en una de las primeras clases que han logrado que yo ponga en marcha este blog, se presentó un concepto que, aunque ya conocido por mí, logró que pensase un poco más sobre su significado y sus implicaciones. El concepto en cuestión era el de "identidad virtual".
El profesor hablaba de la facilidad con la que hoy en día se puede encontrar información sobre casi cualquier persona a traves de internet; una sencilla búsqueda en el google puede arrojar resultados inesperados sobre un hombre o mujer cualquiera. La idea que este profesor tenía en mente era la de meternos en la cabeza la importancia de construir una buena identidad digital puesto que algún día alguién nos buscaría, nos encontraría y lo sabría todo sobre nosotros.
Hasta aquí todo parece normal, es reciente en nuestra cultura, pero casi toda la información es pública y las formas de acceder a ella son variadas. La identidad digital se preseta como una nueva "máscara" que hay que cuidar y cultivar, nuestro futuro puede depender en gran parte de lo que un empresario pueda leer sobre nosotros en la web.
En la era actual, la era de las comunicaciones... la era digital
una página web, un blog, un espacio de msn, etc... se convierten en espejos de presentación que mejoran nuestro aspecto digital, siempre y cuando se cuiden de la forma adecuada.
Sin embargo, un posible problema es el falseamiento que uno puede hacer de su identidad digital, es mas, la idea de tener un sinfin de identidades digitales en las que apoyarnos se hace deseable. La sociedad humana siempre critica y aprueba a las diferentes personas que entran y salen de su vida, tanto pública como privada. En unos tiempos en los que la vida de las personas es lo que más se comenta... el recurso a una identidad virtual alterada permite escapar a la prisión cotidiana de la realidad. Todo el mundo puede convertirse en un ser que realmente no es. Todo el mundo puede cambiar quién y qué es, pero... ¿a qué precio?
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